• Los antecedentes familiares de infartos o enfermedades cardíacas a edad temprana son una señal de alerta que requiere vigilancia.

• Los desmayos durante la actividad física nunca deben de considerarse normales: pueden ser una manifestación de riesgo cardíaco y requieren de atención médica inmediata.

San José, octubre 2025. El ejercicio regular trae enormes beneficios para la salud, pero también conlleva la responsabilidad de conocer y atender posibles riesgos cardíacos. La muerte súbita asociada al deporte, aunque poco frecuente, sigue cobrando vidas de personas jóvenes y adultas que podrían haberse beneficiado de un diagnóstico temprano.

Cada año, 17.9 millones de personas fallecen por este tipo de enfermedades, siendo, según ​datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal causa de muerte a nivel mundial. Un dato que subraya la importancia de no ignorar síntomas de alarma y de realizar chequeos preventivos, especialmente en quienes practican deporte de forma regular.

“El hecho de ser atleta disminuye el riesgo cardiovascular, pero no hace a nadie inmune. Existen condiciones congénitas, genéticas o adquiridas que pueden permanecer ocultas hasta que la exigencia física las revela”, explicó el Dr. Andrés Garzona Navas, cardiólogo del Hospital Metropolitano.

Contar con protocolos de respuesta rápida en espacios deportivos, saber realizar reanimación cardiopulmonar (RCP) y tener herramientas como el desfibrilador externo automático (DEA), pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte si se utilizan en los primeros minutos de una emergencia.

En ese sentido, el especialista comparte cinco recomendaciones clave para atletas, entrenadores y familias:

1. Chequeo básico antes de entrenar: realizar un electrocardiograma y, si es posible, una prueba de esfuerzo. Estos estudios permiten conocer cómo responde el corazón a la actividad física y detectar a tiempo problemas que podrían pasar desapercibidos.

2. No ignorar síntomas de alarma: mareos, dolor en el pecho o desmayos durante el ejercicio no deben considerarse normales. Consultar de inmediato con un especialista puede evitar complicaciones mayores.

3. Antecedentes familiares: si hay historial de infartos u otras enfermedades cardiovasculares a edad temprana, lo recomendable es llevar un control más frecuente y personalizado con un cardiólogo del deporte.

4. Protocolos de emergencia: todo espacio deportivo debería contar con personal capacitado en RCP y acceso a un DEA, para que se pueda actuar de inmediato si ocurre una emergencia.

5. Cultura preventiva: normalizar la revisión cardíaca como parte del cuidado integral del deportista es clave para reducir riesgos y recordar que la salud siempre está por encima del rendimiento.

La prevención no es un lujo, es la única forma de asegurarnos de que el deporte siga siendo sinónimo de salud y no de riesgo”, agregó el Dr. Garzona.

El especialista instó a todos los costarricenses a priorizar su salud y la de sus seres queridos. Finalizó indicando que el objetivo es algún día llegar a cero casos de muerte súbita en el deporte e indicó que esto no es imposible si deportistas, entrenadores y familias trabajan en conjuntopara promover la prevención, la educación y la respuesta inmediata en emergencias.

Modelosw de Costa Rica

Por Mi Prensa

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