Franklin Castro R.

Bien dijo el Presidente de la República de Costa Rica Dr. Óscar Arias Sánchez, al manifestar que muchas veces las palabras hieren más que las armas. Causa hilaridad y enojo, escuchar al Presidente de Venezuela Hugo Chávez, opinando sobre cualquier tema, muchas veces sin la menor diplomacia, pues en su caso la cautela verbal no existe.

A propósito del Golpe de Estado al Presidente de Honduras Manuel Zelaya y la instalación a posteriori del gobierno de facto de Roberto Michelleti, Chávez salió en defensa de la democracia, condenando las agresiones que se han dado en el conflicto y todo lo dice, sin una triza de vergüenza. Democracia es permitir que la gente se exprese libremente y eso el no lo hace.

El señor Chávez, pidió a la Sociedad Interamericana de Prensa SIP, que se pronunciara, sobre la expulsión de Honduras de periodistas venezolanos de la cadena estatal Venezolana de Televisión y Telesur, ambas muy afines a Hugo. Pero ha ignorado a la SIP, cuando ésta ha denunciado agresiones de su Gobierno contra Radio Caracas Televisión y Globovisión, medios críticos de Chávez.

Mientras Chávez ve en la prensa independiente un peligroso enemigo, en Colombia el Presidente Álvaro Uribe ha anunciado que implementará un plan, para proteger a los periodistas que han sido amenazados, por cumplir su importante labor fiscalizadora. Aplaudimos a Uribe, pues cuántas irregularidades han salido a la luz pública, gracias a las denuncias de la prensa.

Aquel adagio popular de candil de la calle y oscuridad de la casa, es insuficiente si lo queremos utilizar con el señor Hugo. En Venezuela, quien ose opinar en contra de su gobierno, es tildado de enemigo de la patria y por lo tanto, merecedor de todo tipo de agresiones verbales, incluso en cadena de radio y televisión. Y el aludido no puede defenderse, tal y como se estila en los derechos de respuesta.

Han sido censuradas campañas de la oposición, porque estar en contra no es permitido. La nacionalización forzada de empresas privadas es otra de las formas de gobernar del señor Chávez. Ahora pretende ejercer mayores controles sobre los canales de cable y que los medios de comunicación, no puedan operar en cadena.

Lo anterior quiere decir que una emisora, no podría transmitir para todo el país en simultáneo. Tendría que separar sus repetidoras y solo podría unirlas media hora al día. Esto solo explica el temor de Chávez, a que la ciudadanía se informe adecuadamente. Un pueblo que no se informa, se vuelve ignorante y por lo tanto fácil de manipular.

En mi país como sabemos, las cosas son disímiles: se puede criticar fuertemente al Gobierno, la oposición se hace sentir y los tres poderes son independientes, mientras en Venezuela es todo lo contrario: Chávez controla todo. Queda claro que si la cabeza no es letrada, no quiere que los demás lo sean. Así el Presidente: ¡es lo máximo!.

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