• Barco llevaba más de la mitad de su capacidad
  • Pasajeros no tenían el chaleco salvavidas puesto
  • Los guardacostas encontraron 10 gramos de marihuana a bordo, por lo que tuvieron que hacer una búsqueda más minuciosa en puerto para descartar presencia de más sustancias ilícitas
  • Este es el primer incidente de este tipo que atiende el Guardacostas desde que fueron ordenadas las medidas sanitarias ante el COVID-19

Como parte de la labor que realiza el Servicio Nacional de Guardacostas, a fin de hacer cumplir las directrices sanitarias del Ministerio de Salud, en el marco de la prevención de contagios por COVID-19, un barco que sobrepasaba la mitad de su capacidad de pasajeros a bordo fue devuelto a Puntarenas.

Se trata de un incidente atendido el sábado por personal de la Estación de Guardacostas de Caldera, cantón de Esparza, Puntarenas, con respecto a una embarcación tipo yate, la cual se encontraba anclada frente a la isla San Lucas, en el Golfo de Nicoya, con 26 personas a bordo.

Es por ello que a cada uno se les notificó de que estaban incumpliendo la orden sanitaria del Ministerio de Salud en cuando a evitar aglomeraciones de personas, luego de lo cual dicho ministerio fue informado al respecto.

Además, durante una inspección de la nave, los guardacostas encontraron 10 gramos de posible marihuana a bordo, la cual estaba escondida por los controles del barco.

Es por ello que, tras solicitar la dirección funcional a la Fiscalía de Puntarenas para realizar una revisión más profunda de la nave, el yate fue escoltado hasta la subestación de Guardacostas de Puntarenas.

Allí fue revisada más exhaustivamente en búsqueda de más sustancias ilícitas, pero no fue encontrada más droga aparte de los 10 gramos de posible marihuana que los guardacostas habían encontrado en la revisión preliminar.

Los pasajeros tuvieron que abandonar la nave y terminar así su paseo, mientras que el capitán se hizo cargo de esta.

Pasajeros sin chalecos salvavidas

Pese a que la embarcación contaba con los implementos y equipos de seguridad requeridos, a la hora de ser abordada por el personal del Guardacostas, este descubrió que los pasajeros, entre estos una persona menor de edad, no tenían debidamente puestos los chalecos salvavidas. Es por ello que tanto al capitán del yate como a los pasajeros se les hizo ver la obligatoriedad de tener colocados dichos implementos de seguridad, pues no basta con llevarlos a bordo, ya que en caso de una emergencia se pondría en riesgo la vida de dichas personas.

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