·         En Costa Rica, el 97.5% del parque empresarial está conformado por MiPymes que generan más del 70% del empleo. 

·         Son un factor clave en la reducción de la pobreza y el fomento del desarrollo en el mundo.

 

Para nadie es un secreto que el rol de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) ha sido determinante en la dinamización de las economías nacionales, no sólo por sus aportaciones a la producción y distribución de bienes y servicios, sino también como impulsor del empleo. 

 

Lamentablemente, la crisis económica que tomó fuerza en el 2018, junto a una demoledora pandemia que nadie esperaba en el 2020, han sido factores devastadores para muchas MiPymes que, ya de por sí, venían atravesando ciertas dificultades y, junto a las decisiones de cuarentena y confinamiento necesarias para combatir el Covid-19, se intensificaron y terminaron de darles un nocaut a muchas de ellas.

Según la ONU, “…las MiPymes, especialmente las lideradas por mujeres, jóvenes, minorías étnicas y migrantes, fueron las que más sufrieron.  Una encuesta del Centro de Comercio Internacional sobre el impacto del COVID-19 entre las empresas de 136 países ha demostrado que casi el 62% de las pequeñas empresas dirigidas por mujeres se han visto muy afectadas por la crisis, en comparación con poco más de la mitad de las empresas dirigidas por hombresAdemás, los negocios en donde la mujer es la propietaria tienen un 27% más de probabilidades de no sobrevivir a la pandemia.[1]

 

Sin embargo, esta coyuntura económica y sanitaria, que para unas MiPymes fue destrucción, para otras fue una gran oportunidad.  Sectores como el sanitario, salud, telecomunicaciones, farmacéutico, tecnológico, alimentario, comercio electrónico, mensajería, telecomunicaciones, entre otros, encontraron un momento favorable, pues las prioridades de consumo cambiaron, comentó Ernesto Hip, director de la carrera de Administración de Negocios de Fidélitas.     

 

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Según un estudio denominado Impacto de la pandemia por Covid-19 en las Pymes costarricenses, hecho por el Ministerio de Economía, por tamaño, el 62% del parque empresarial son microempresas, seguidas por las pequeñas y medianas (32% y 3% respectivamente). Por cantidad de empleados, el 77% tiene entre 1 y 5 empleados, el 13% entre 6 y 11, el 7% más de 12 y un 3% no reporta empleados.[2]

Ahora bien, considerando que este sector de las MiPymes son los que dinamizan la economía, y ante el alto índice de desempleo actual en Costa Rica, es muy importante que se definan políticas de auxilio, orientación y apoyo para que continúen ejerciendo ese papel que han tenido durante décadas como los principales generadores de empleo.

¿Qué se necesita?

1.       Brindar la ayuda necesaria para que muchas de ellas puedan adaptarse e integrarse pronto a la normalidad.

2.       Promover líneas de crédito en condiciones muy accesibles, lejos de la tramitomanía.

3.       Brindarles una amnistía en temas que económicamente las esté ahogando como consecuencia de la pandemia, como pueden ser obligaciones tributarias, cargas sociales, patentes, pólizas, entre otros

4.       Hacer lo que corresponda para fomentar la demanda de sus productos y servicios, incluso abrirles oportunidades con encadenamientos estatales.

5.       Promover las competencias empresariales y de empoderamiento que les permita hacer ajustes o reinventarse para seguir adelante.

6.       Apoyarlas para que aprendan y logren sacarle provecho a la tecnología:  promover la capacitación y la actualización en competencias tecnológicas que hoy más que nunca son fundamentales para el comercio local. 

¿Cuál es el reto más importante que, tras una pandemia, deben afrontar las MiPymes?

 

“La expectativa para el 2022 será muy diferente, ya que luego de la experiencia vivida, se tendrán que replantear las estratégicas de crecimiento y de sobrevivencia que se emplearon durante el 2020 y 2021, por cuanto lo que se tiene ahora es un mercado diferente, donde las necesidades de los consumidores han cambiado, pues se han vuelto más analíticos por la misma pandemia”, enfatizó el director de Fidélitas. 

 

La atracción y recuperación de la confianza de los consumidores será clave, ya que el crecimiento de ingresos, estarán definidos, no solo por la ampliación de los aforos- que incrementará el consumo en cualquier industria en que se encuentre la empresa-sino que también dependerá de la confianza y el crecimiento que la economía pueda mostrar a nivel nacional.

Por su parte, Ana Lucía Hernández, docente de Administración de Negocios de Fidélitas, comentó que los consumidores se han adoptado, durante este período de pandemia, nuevos modelos de comportamiento de compra, de manera que las MiPymes deberán redoblar esfuerzos en el monitoreo de los hábitos de consumo e invertir de manera proactiva, en el desarrollo de estrategias de comunicación y mercadeo acordes con los cambios constantes que se generen en el entorno.

El apoyo a las MiPymes es clave para salir adelante, pues tienden a emplear a un gran porcentaje de trabajadores de los sectores más vulnerables de la sociedad, sobre todo en zonas rurales donde muchas veces son la única fuente de empleo.

La Universidad Fidélitas a través de su TCU, brinda asesoría gratuita a muchos emprendedores y empresarios por medio del Programa META. Asimismo, en su plataforma Fidevirtual ofrece cursos libres y programas virtuales muy accesibles para promover la actualización y el incremento de competencias en el área tecnológica que les permita mantener vigente su negocio.

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