San José, Costa Rica. Diciembre es un mes para celebrar, compartir y descansar, pero también es una época en la que el sedentarismo y la mala alimentación se hacen más presentes. Entre cenas familiares, reuniones laborales y vacaciones, el cuerpo suele moverse menos y los hábitos saludables se interrumpen. El resultado: más tiempo sentado, menos actividad física y un mayor riesgo de problemas de salud.
Durante este mes, los cambios en la rutina laboral —ya sea por vacaciones o teletrabajo— reducen la movilidad diaria, mientras que el clima y la comodidad invitan a permanecer más tiempo en casa. A esto se suman las tradiciones sociales propias de la época, como las largas comidas y reuniones familiares, que fomentan pasar horas sentado y disminuyen aún más la actividad física.
De acuerdo con datos recientes de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS, 2024), seis de cada diez personas en Costa Rica no cumplen los niveles mínimos de actividad física recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta inactividad, combinada con los excesos típicos de la temporada, puede generar aumento de peso, dolores musculares y mayor riesgo cardiovascular; también se relaciona con más estrés, ansiedad y síntomas depresivos, además de alteraciones en la glucosa y el colesterol.
La nutricionista clínica Priscilla Mora explica que el secreto está en encontrar el balance entre disfrute y bienestar:
“En diciembre solemos pensar que debemos elegir entre comer rico o cuidarnos, y eso no es cierto. Podemos celebrar con moderación, mantenernos activos y seguir sintiéndonos bien. Lo que sí debemos evitar es caer en los extremos: comer de todo sin medida para luego prohibirnos alimentos en enero. Ese ciclo de culpa y restricción afecta nuestro metabolismo y nuestra relación con la comida”.
Mora añade que las dietas altamente restrictivas pueden provocar deficiencias nutricionales y pérdida de masa muscular. “El cuerpo necesita energía, especialmente en una época socialmente activa. El azúcar, en su justa medida, es parte de una alimentación balanceada. La clave está en la moderación y en disfrutar sin culpa”.
Para contrarrestar el sedentarismo, los especialistas recomiendan hábitos sencillos: caminar después de las comidas para mejorar la digestión y regular la glucosa, realizar estiramientos durante reuniones o pausas laborales, organizar actividades familiares activas como juegos o caminatas, usar aplicaciones móviles para monitorear pasos y rutinas cortas, y dedicar al menos 30 minutos diarios a alguna actividad física sencilla.
Diciembre también puede ser el inicio de hábitos saludables antes del Año Nuevo. No se trata de grandes cambios, sino de pequeños pasos: levantarse de la silla, bailar mientras cocinamos, caminar con amigos o dedicar unos minutos al cuerpo cada día.
Con esta visión, LAICA refuerza su campaña Muévalo, que promueve el movimiento como un acto de autocuidado, alegría y bienestar. En esta nueva fase, la iniciativa busca inspirar a las personas a convertir diciembre en un mes para reconectar con su cuerpo y sus emociones, demostrando que moverse también es celebrar.
Sandra Vega, gerente de mercadeo y ventas de LAICA, señala:
“Queremos que la gente entienda que no se trata de compensar excesos, sino de vivir diciembre con balance. Cerrar el año en movimiento es una forma de agradecer y empezar el nuevo con vitalidad”.
El mensaje es claro: este diciembre, muévalo todo: el cuerpo, las emociones y las ganas de vivir bien. No esperemos a enero para sentirnos mejor. Diciembre puede ser un mes de celebración activa, donde el movimiento y el balance se conviertan en aliados para disfrutar sin culpa. Porque moverse no solo es saludable, también es una forma de vivir plenamente cada instante.
