Franklin Castro Ramírez
El rescate de los 33 mineros realizado en el desierto de Atacama en Chile, nos dejó una gran satisfacción y una excelente lección de solidaridad (nacional e internacional), que no debemos olvidar. Quedó demostrado que los chilenos son un ejemplo de unión, fe y fortaleza. Son nacionalistas y los vi cantar su himno con orgullo (eso me gustó, aquí muchos ni se lo saben).
Un país que fue afectado por el catastrófico terremoto y tsunami a principios de año y que aún así, abrasado a la esperanza tomó fuerzas para celebrar su bicentenario. “Dios no nos da cargas que no podamos llevar”, dijo el Presidente chileno Sebastián Piñera, un hombre de gran carisma, que estuvo presente en el rescate, recibiendo y brindando apoyo a mineros y familiares. Una actitud digna de subrayar, pues un gobernante debe estar junto a la gente, sintiendo sus dolores y emocionándose con sus celebraciones.
¿Qué hubiera sucedido en mi país en una situación como esa?. Me imagino que los asesores de prensa de la presidenta, se hubiesen encargado de obstaculizar la labor de los medios y solo permitirían que esta diera declaraciones en conferencias de prensa a horas determinadas.
Las instituciones relacionadas, no hubiesen permitido el acercamiento con los mineros, atravesándose ante las cámaras para que no los enfocaran. Aquí uno quiere entrevistar a un funcionario público y éste dice que solo “el gran jefe” puede hablar. Pasa en los ministerios y también en el ICE. Nos gusta “jugar de importantes”.
En cambio en la nación del sur no se guardaron secretos. El Estado (que somos todos) tiene el derecho a estar informado y por ello, hasta el casco del presidente tenía un micrófono incorporado y así sus conversaciones las escuchábamos en primer plano.
La transmisión de la cadena estatal Televisión Nacional de Chile TVN y otros medios de comunicación, llegó a mil millones de telespectadores en todo el mundo. Así el orbe entero, pudo comprobar el don de gentes y el buen verbo (además excelente dicción), del presidente Piñera; un hombre que sabe relacionarse con los medios, pues los ha tenido cerca y entiende su importancia.
Hasta hace poco era el dueño de Chilevisión, el canal privado más importante del país. Vendió ésta y otras empresas, para cumplir con un compromiso adquirido si era electo presidente. No queda más que felicitar al pueblo chileno y su presidente, solidarizarnos con los mineros y sus familias por los difíciles momentos y aprender de lo sucedido; que un país unido puede enfrentar las adversidades y levantarse tras la caída.